EDUCACIÓN
Hackaton FP UP: optimizar recursos en los pueblos vale un premio
El IES Ramón y Cajal de Valladolid gana el concurso de la Empresa Familiar y Caixabank con un sistema de gestión inteligente de residuos ideado para el medio rural
Los profesores, a clase: «reciclaje» profesional al servicio de los alumnos

Hackathon (o hackaton) fue un término inicialmente utilizado, en la jerga de las comunidades hacker, para referirse a un encuentro de programadores. Hoy, este concepto, que incluye el término 'maratón', se ha extendido para referirse a una experiencia colectiva para conseguir un objetivo común, a ... veces también con metas educativas y sociales. Así, el hackaton FP UP, ideado por la Fundación Empresa Familiar de Castilla y León con el apoyo de CaixaBank Dualiza, pone a prueba desde hace algunos años el espíritu emprendedor de los estudiantes de Formación Profesional en la Comunidad. Y a juzgar por los resultados, el nivel es alto. El Instituto de Educación Secundaria Ramón y Cajal de Valladolid ha sido el nuevo ganador de la última edición.
En él, Lucía Álvarez, Ana Prados, Daniel Muñoz y Zoe Cheng Gómez, estudiantes de Laboratorio Químico y Biomédico, idearon un sistema de gestión inteligente de residuos. «Nos pidieron diseñar un mecanismo que nos permitiese optimizar las rutas de recogidas de basuras en las zonas rurales y pensamos que la mejor opción era implementar un pequeño dispositivo en los contenedores que ya existen, un sensor de ultrasonidos que permitiera saber la situación de carga de ese contenedor», explica Lucía Álvarez.
Estaría enfocado, añade su compañera Ana, a «pueblos con poca densidad de habitantes», donde estos depósitos no se llenan todos los días. Así, con ayuda de un software, se evitarían rutas para ir a containers vacíos -reduciendo la emisión de gases por parte de los camiones- y que la basura no termine desbordando en el entorno de los puntos de recogida -y atrayendo animales, a veces salvajes en la zona de montaña-, explica Daniel Muñoz.
Pese a los nervios de exponer ante más de un centenar de personas -participaron 150 estudiantes de once centros-, la idea gustó: «Fue un estrés positivo», coinciden. Valoran como «satisfactoria» la experiencia, que les permitirá conocer la empresa con la que colaboraron en el hackaton. Su profesora, Miriam Pascual, cree que este tipo de iniciativas les sirve para saber «trabajar en equipo e impulsar su creatividad». Por eso, tratan de impulsarlas dentro del módulo de itinerario para la empleabilidad. Cree que se les ha despertado «el gusanillo» y no será el último concurso en el que participen. Entre las ventajas que encuentra destaca la de «sacar a los alumnos de la rutina del día a día, que se enfrenten a retos reales que se pueden encontrar en la sociedad y desarrollar habilidades como la expresión oral».
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